En entidad financiera: Somos un equipo, una emoción, una acción

Cuando hay que estrechar lazos, crear espíritu de equipo, generar orgullo de pertenencia y hacer que las relaciones laborales sean más sólidas, lo mejor es provocar momentos de emoción, que perduren en la memoria y que fortalezcan la cohesión del equipo.

Como dijo Phil Jackson, “la fuerza del equipo es cada miembro individual. La fuerza de cada miembro es el equipo”. Un equipo no es sin cada una de sus partes. Todas en armonía, en igualdad de importancia. Todas con sus cualidades, sus virtudes, bondades. Todas con sus defectos y debilidades. Un equipo se hace con la suma de todas esas pequeñas cosas que dan vida a cada ser, por eso hay que empezar por uno mismo.

Somos sencillez y humanidad. Satisfacción y responsabilidad. Somos orgullo por pertenecer a un equipo. Somos el movimiento que nos permite adaptarnos a los cambios del equipo. Conocerse para conocer. Conocerse para ser, para reconocer qué podemos ofrecer para que el grupo obtenga los mejores resultados. Equipos altamente eficaces donde se contagia la sensación de identidad y sentido de pertenencia.

Y es que los sentimientos se contagian. Las emociones, también. Son las que definen el espacio de las acciones posibles. Nuestras emociones “nos ponen en movimiento” y nos proveen de la energía vital necesaria para responder (decir y hacer) ante un estímulo, a partir de nuestra percepción y comprensión de cada situación. Son las emociones las que nos llevan a la acción.

Hace unos días hemos tenido el placer de acompañar a un equipo de 150 profesionales de una importante entidad financiera en una jornada de Team Building. Un equipo comprometido y capaz de trabajar, en el que deben colaborar entre grupos heterogéneos para lograr una meta común.

Somos y fuimos, dibujando con Carmen Pino nuestra silueta y dejando a la vista las cualidades que nos definen, el color que nos da luz, los defectos que resaltamos nítidamente. Siluetas que dibujamos mirándonos desde fuera hacia dentro y desde dentro hacia fuera, con todas las líneas y las curvas que nos hacen Ser. Y así fue como juntos contemplamos todo lo que da vida a esas siluetas, las nuestras. Juntos. En equipo.

Y en equipo, de la mano de José Manuel Chapado, comprendimos las leyes que rigen la vida de los equipos gracias a varios juegos sistémicos. Jugamos a influir y a dejarnos influir, a impactar y a dejarnos impactar. En un equipo todos influimos, aunque no queramos. Descubrimos también lo positivo de las dinámicas en las asuntos y personas fluyen con naturalidad, sin generar “agujeros negros” ni dejar que fobias y filias enturbien lo colectivo.

Fuimos equipo en el que también fluye la emoción. En la risoterapia dirigida por Ana Vega y Esther Camuñas abandonamos preocupaciones y todo tipo de estrés y reímos. Reímos sin prejuicios, reímos con esa risa que te sale del alma, que libera tensiones y que genera una actitud positivas. Jefes y no tan jefes reímos y conseguimos minimizar las sensaciones de aislamiento para potenciar una divertida actitud grupal. Y todo ello porque la risa es algo demasiado serio como para tomársela en broma.

Con el actor José Sánchez Orosa pasamos a la acción. Subimos a un escenario e hicimos teatro. Fuimos capaces de protagonizar papeles de otras vidas y supimos interpretar y sentir de cerca. Necesitamos despojarnos de la vergüenza y expresar lo que llevamos dentro: creatividad, habilidades comunicativas, complicidad, risas… en estado puro.

El día llegó a su fin aunando voces con la intérprete Vanesa Borhagian. Calentamos la voz, ensayamos una melodía e inventamos varios himnos por grupos. El objetivo final: cantar a una sola voz. Fue una divertida y deliciosa sensación que nos hizo sentir unidos y únicos. Somos una pieza clave en el funcionamiento de un engranaje. De un coro. De un equipo. De personas que con sus individualidades y diferencias han sido capaces de enriquecer una melodía tribal brasileña que hizo saltar las lágrimas a más de uno.

Sentimientos y sensaciones a raudales que hicieron que un día fuera de la oficina se convirtiera en un día de orgullo de pertenencia y de relaciones sólidas con un mensaje claro y contundente: todos SOMOS parte de un EQUIPO que contagia EMOCIÓN y provoca ACCIÓN.

 

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