En Clifford Chance: códigos de conducta en entornos colaborativos

Dentro de los nuevos modelos de organizaciones empresariales que se vienen imponiendo, propiciar un mejor ambiente de trabajo para el desarrollo del potencial del equipo es de obligado cumplimiento. Multitud de empresas nacen, crecen, se desarrollan e, inesperadamente, se desvanecen de manera efímera.

La forma de que mantengan una vida prolongada y constantemente renovada radica en la salud del equipo en su totalidad. Un equipo sólido y cohesionado es, sin duda, el motor de desarrollo de cualquier empresa.

Es innegable que crear espacios para la comunicación y la relación entre los miembros del equipo mejora el clima laboral. Un clima de confianza, de seguridad, de respeto, de confiabilidad… En este sentido, los espacios abiertos han comenzado a cobrar protagonismo frente a los despachos cerrados y aislados. Espacios sin barreras, en los que todos y cada uno de sus miembros tienen la oportunidad de aportar valor añadido con sus propuestas.

Esta semana, Éthica Consultores ha llevado a cabo una jornada con una gran empresa que abre una nueva etapa de cambio en su modo de trabajo, Clifford Chance. Durante cuatro días hemos trabajado con casi un centenar de profesionales en la adecuación de las habilidades necesarias para un desarrollo profesional óptimo. Nuevas competencias y valores -como la autogestión, la colaboración, la empatía, la asertividad…-, han cobrado protagonismo en los equipos.

No conseguir las metas fijadas, en ocasiones, depende de las malas relaciones entre los miembros del equipo. Trasladar lo que se siente en un espacio abierto a la comunicación es una de las formas más útiles de gestionar los posibles conflictos, lo que hará que el equipo se mantenga vivo. Las reglas del juego deben ser las mismas para todos. Establecerlas es un derecho conjunto; cumplirlas, una obligación individual.

 

 

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